Javier Franco TOPPER

25 de enero de 2014

Mis dos primeras fotos de 'spotting'

Mi vieja Keystone XR308
Hace unos días me dio por compartir en redes sociales la primera foto que me aceptaron en Airliners.net (IAI Kfir C7, FAC3043) y me quedé pensando en cuál es la primera foto que tomé siendo entusiasta de la aviación, así que retrocedí al pasado y me encontré con que fueron dos: una de un BAe 146-RJ100 de SAM y otra del edificio del aeropuerto de San Andrés. Las comparto aquí, con su historia.

Yo no diría que llevo mucho tiempo haciendo spotting, mucho menos cuando conozco personas que tienen en la actividad más de 40 años –ya quisiera yo llevar todo ese tiempo-, tampoco he sido el que tuvo la historia tradicional que de niño iba a ver los aviones al aeropuerto o jugaba con modelitos en su cuarto –ya quisiera también tenerla. Mi afición comenzó un poco más tarde gracias a un amigo del colegio y a algunos compañeros de clase que llegaron juntos en el momento apropiado.

En 1995 tenía 12 años y comencé a aprender sobre aviación, a leer sobre aeronaves, a distinguirlos uno de otro y la afición creció rápidamente; así que ese mismo año, en unas vacaciones familiares, fue la primera vez que disfruté de una manera diferente un vuelo.

Antes de eso, lo único que puedo decir con más o menos certeza es que en 1986 volé en Boeing 727 de SAM en la ruta Bogotá – San Andrés – Bogotá, lo que se convirtió en mi bautizo oficial en el aire, y en 1994 lo hice en Douglas DC-9 de Intercontinental de Aviación en la ruta Bogotá – Santa Marta – Bogotá.

Del vuelo en DC-9 recuerdo ir en una de las últimas filas de babor y tener a la vista uno de los motores. Mi hermano y yo lo mirábamos con detenimiento esperando ver algo inusual. También recuerdo cómo jugábamos con el timbre de llamado –porque no entendíamos para qué servía y nos parecía gracioso el sonido-  y que esperábamos ir a más de 900 kilómetros por hora, cuando en realidad lo hacíamos a 750, según nos dijo el Comandante por el altavoz.

Luego llegó el vuelo de 1995 y en ésa época yo ya tenía más entusiasmo por la aviación. Aunque increíblemente recuerdo poco, sé que disfruté ir en la ventana nuevamente y ver los dos motores de babor Honeywell LF 507 del BAe 146-RJ100 de SAM que nos llevó una vez más de la capital del país a la isla de San Andrés.

No hacía mucho había recibido de regalo una cámara Kodak de formato 110 milímetros. Era una Keystone XR308 y no hace mucho la encontré y me arrepiento ahora de haberla tirado. Esa fue la primera cámara con la que puedo decir que hice spotting.

Al llegar a San Andrés, la alegría de un viaje familiar nos inundaba y el calor tropical de la isla nos golpeó al bajar por la puerta de popa. En las escaleras nos detuvimos un instante para que nos tomaran una foto a mi hermano y a mí y luego caminamos por la plataforma hacia la colorida terminal –no existían aun los puentes de abordaje en el Gustavo Rojas Pinilla.

En ese trayecto decidí hacer las dos fotos, una del avión y otra del edificio. La Keystone no enfocó bien y ambas imágenes quedaron un poco borrosas, pero fueron las primeras de muchas. Pocos días después la cámara quedó inservible cuando se cayó por accidente al mar y, aunque estuvo unos pocos segundos en contacto con el agua, fue inevitable que terminara oxidándose, no sin antes permitirme tomar una foto del castillo de arena que construí ese día.

Y así es más o menos la historia y el contexto de estas dos primeras fotos. No serán las más espectaculares, tampoco las más antiguas ni las más curiosas en todo esto del spotting, pero son las primeras que hice y aquí están:


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